

La legendaria actriz estadounidense Gena Rowlands, con más de 100 créditos a sus espaldas, comenzó muy joven sobre los escenarios de Broadway con la producción La tentación vive arriba (The Seven Year Itch) a comienzos de la década de 1950. Rápidamente, daría el salto a Hollywood, acompañando a Rock Hudson en Camino de la jungla (1962) y a Kirk Douglas en Los valientes andan solos del mismo año. En 1963 comenzaría su fructífera y legendaria colaboración con su marido y cineasta John Cassavetes. Ángeles sin paraíso fue la primera, a la que le seguirían obras maestras como Rostros (1968), Una mujer bajo la influencia (1974) o Noche de estreno (1977). En total, 7 colaboraciones memorables, que le abrirían las puertas a otros papeles como el de Marion Post en la excelente Otra mujer de Woody Allen. Ya al final de su carrera en 2004, Rowlands apareció en El diario de Noah, un filme que gozó de una gran popularidad y que la dio a conocer a una nueva generación de espectadores. Un papel un tanto premonitorio además, pues en estos últimos años la actriz sufrió de Alzheimer como lo hacía su personaje en el entrañable filme.
Hoy nos deja una de las últimas actrices de la Época de oro de Hollywood y una figura eternamente ligada a la cinematografía del genial John Cassavetes.